NEUROSCIENCE & CARDIOPULMONARY RESUSCITATION


LA CIENCIA CONTEMPORÁNEA Y LA MEDICINA OFICIAL DICTAMINAN LA EXISTENCIA DE VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE FÍSICA

                                      (REDIFUSIÓN)

HOUSTON (TEXAS, USA). Tras siglos de rebatirlo, la ciencia ha confirmado que la vida no acaba con la muerte, sino que es una realidad atemporal y alocal; una realidad espiritual, también llamada “cuántica”. Desde el XVI Congreso Internacional del IANDS (International Association for Near-Death Studies, Asociación Internacional para el Estudio de las Experiencias Cercanas a la Muerte), el máximo organismo mundial oficial en el estudio de las experiencias cercanas a la muerte, celebrado en 2006 en el The University of Texas M.D. Anderson Cancer Center de Houston (Texas, USA), ha quedado demostrado científicamente que la vida continúa después de la muerte, como revelan los estudios realizados en pacientes que han vuelto a la vida tras una muerte clínica. Igualmente, en el Congreso Científico Internacional sobre las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECMs) realizado en el American Heart Association (Texas, USA) en 2014 se dieron a conocer los resultados de la primera fase de estudio de 5 años de duración del Proyecto Conciencia Humana de Naciones Unidas (AWARE Study) y quedó probado que existe la vida después de la muerte (Resuscitation, 2014). Las experiencias de muerte clínica (NDEs, ECMs) se dieron a conocer en 1975 a partir de los trabajos del psiquiatra Dr. Raymond A. Moody en su famoso libro “Vida después de la vida” (Life after life). Ahora, casi 40 años después, un elenco de eminentes y prestigiosos médicos y científicos de diversas disciplinas han revisado los estudios realizados a lo largo de estos años, llegando a esa conclusión revolucionaria: ¡la vida después de la muerte es un hecho científico!

La última frontera de la ciencia ha sido alcanzada, y al fin la física cuántica y la medicina pueden validar lo que revela la fe: la vida es espiritual y, por tanto, eterna…y que la existencia de Dios es cognoscible por la ciencia.

Nota: Los resultados de la segunda fase de estudio del Proyecto Conciencia Humana serán anunciados en una conferencia internacional en la Asociación Canadiense de Médicos de Urgencias (Canadian Association of Emergency of Phisicians, CAEP) en 2020.


EL PROYECTO AWARE: ALGUNAS CONSIDERACIONES CIENTÍFICAS, FILOSÓFICAS, GNOSEOLÓGICAS Y BIOÉTICAS CONTEXTUALES

El Proyecto AWARE de Naciones Unidas

El 11 de septiembre de 2008 se realizó un simposio bajo el auspicio de Naciones Unidas (New York, USA) con el título de “Beyond the Mind-Body Problem: New Paradigms in the Science of Consciousness (Más allá del problema Mente-Cuerpo: Nuevos Paradigmas en la Ciencia de la Consciencia) con el fin de analizar las transformaciones que los nuevos paradigmas de la neurociencia moderna están produciendo tanto sobre las investigaciones de la mente humana como nuestra compresión de la consciencia y del yo.

Para ello, el doctor en medicina, cardiología y biología celular y molecular, Sam Parnia, presentó formalmente el denominado The Human Consciousness Project (Proyecto Conciencia Humana), un consorcio internacional de científicos y médicos con carácter multidisciplinar creado con el objeto de investigar, con las técnicas más vanguardistas y actuales, los procesos neuronales implicados en diferentes facetas de la consciencia humana, su naturaleza y su relación con el cerebro.


Dicho macroproyecto incluye el estudio AWARE (por su acrónimo en inglés, AWArness during REsuscitation Study, Estudio de la Consciencia durante la Resucitación). AWARE fue formalmente presentado como la primera investigación prospectiva a gran escala internacional para el estudio de la relación mente-cerebro durante el estado de muerte clínica en personas con paros cardíacos.

El programa AWARE fue dirigido por doctores Sam Parnia y Peter Fenwick, junto con los profesores Stephen Holgate y Robert Peveler (Universidad de Southampton, U.K.) y en el participaron una serie de universidades norteamericanas, así como 15 hospitales de EE.UU, Reino Unido y Austria. El proyecto fue promovido por la Universidad de Southampton (U.K.).

El estudio AWARE se convertiría en la primera investigación prospectiva a escala internacional en el campo de las experiencias cercanas a la muerte (ECMs). Por su objeto de estudio, fue la primera investigación científica de gran calado sobre habilidades cognitivas asociadas a paros cardiacos.

Dicha megaproyecto vino precedido por una fase piloto de año y medio de duración realizado en una serie de hospitales previamente seleccionados del Reino Unido para estudiar a un grupo de pacientes víctimas de paro cardíaco.


Según sus responsables, AWARE será de gran valor para la comunidad científica y médica internacional al contribuir a un mejor conocimiento de la mente, el cerebro y su interacción, así como el progreso de los cuidados médicos dispensados a pacientes con crisis cardíacas. El proyecto pretende arrojar luz racional sobre el fenómeno de las Experiencias Cercanas a la Muerte, de modo que AWARE podría tener profundas implicaciones a la hora de entender el proceso humano de la muerte y el misterio de lo que nos sucede al morir (Beyond The Mind-Body Problem, 2008). Una cuestión secularmente relegada al ámbito de las creencias religiosas y a la reflexión y al debate teórico-filosófico.

Objetivo primordial de AWARE: testear la existencia del alma


El objetivo principal de este descomunal, estratosférico y inaudito proyecto eran comprobar con un método científico consistente en marcadores objetivos (etiquetas), solo visibles desde el techo y ubicados en lugares estratégicos de los hospitales (en las UCI y quirófanos), las presuntas experiencias extracorpóreas a menudo informadas de manera clásica por personas que fueron rescatadas de las garras de la muerte mediante modernas técnicas de RCP. La primera fase del proyecto se prolongó durante 5 largos años. Sus resultados fueron anunciados en una conferencia internacional con sede en el Dallas Heart Association a finales del 2014. Sus resultados también fueron publicados en una de las revistas científicas y académicas más prestigiosas del mundo, Resuscitation, después de someter dicho estudio a un arbitraje científico (peer-reviewed – revisión por pares). El estudio fue patrocinado por fundaciones sin ánimo de lucro, como la Nour Foundation, Horizon Research Foundation, IANDS y la Fundación John Templeton. Dicho estudio acaparó el interés de toda la prensa internacional, sobre todo de Occidente.


Resultados del programa científico AWARE

Del estudio se puede extraer los siguientes datos. Se tomó una muestra de 2.060 pacientes que sufrieron paros cardíacos. De ellos,un 39 % de los pacientes sobrevivieron al fallo cardíaco y el 61% restante no lograron completar las entrevistas porque fallecieron al poco tiempo de ser hospitalizados.


De ese 39 % que sí sobrevivió al paro cardíaco, pudieron someterse a entrevistas estructuradas, en la cual describieron una percepción de conciencia durante el evento, pero curiosamente no tenían ningún recuerdo explícito de los acontecimientos. Entre los que sí informaron de una percepción de conciencia concreta y completaron todas las entrevistas posteriormente, el 46% señaló haber experimentado una amplia gama de recuerdos mentales en relación con la muerte, no siempre compatibles con el término “ECM”, comúnmente utilizado en base a la Escala Greyson. Entre esas experiencias, había algunas de miedo y persecución. Solo un 9% de estos individuos contó experiencias compatibles con el término ECM en base a la Escala Greyson y un 2% compatibles con el concepto de “experiencias extracorpórea”, con recuerdos explícitos de “haber visto” y “escuchado” los acontecimientos que les rodeaban mientras estaban clínicamente muertos.

 
Uno de estos últimos casos fue validado mediante la utilización de estímulos auditivos durante el paro cardíaco. Además, los recuerdos detallados de percepción visual que contaron los pacientes fueron consistentes, según verificaciones realizadas, con los eventos acaecidos en realidad. 

Un dato curioso que comenta el Dr. Parnia es que, en todos estos pacientes, la conciencia pareció darse durante un período de tres minutos tras la pérdida de latido del músculo cardíaco, a pesar de que se considera que el cerebro deja normalmente de funcionar tras 20 ó 30 segundos de haberse producido la parada cardíaca, y de que no se reactiva de nuevo hasta que el corazón se ha puesto otra vez en marcha. 

Datos sobre los pacientes que experimentaron ECM en base a la Escala Greyson


De los 440 pacientes que sobrevivieron al fallo cardíaco, después de realizarse las entrevistas, reveló que 46 pacientes recordaron algún tipo de experiencia; 22 relataron haber sentido sensación de paz; 7 afirmaron haber entrado en una realidad espiritual; 8 se encontraron con seres espirituales o presencias; y 3 con personas que habían fallecido. Lo más sorprendente fue que dos disfrutaron de completa conciencia, pudiendo ver y oír lo que sucedía alrededor, lo cual es teóricamente imposible porque su cerebro no estaba funcionando.


De estas dos personas, una no pudo continuar participando en la investigación debido a la gravedad de su enfermedad. La otra persona, de 57 años de edad, describió con precisión lo que ocurría a su alrededor desde un punto de vista situado en una de las esquinas del techo. Describió las personas, lo que hacían y los sonidos que se podían escuchar, como los pitidos de la máquina que lo monitorizaba y que precisamente mostraba su estado de ausencia de actividad bioeléctrica cerebral. Los apuntes médicos corroboraron sus descripciones, como el uso de un desfibrilador externo automático. Los investigadores han podido comprobar que el paciente pudo ver y oír durante tres minutos, a pesar de que estaba en plena parada cardíaca y su cerebro no estaba funcionando (deja de hacerlo en cuestión de segundos tras una parada del corazón).

Los autores escriben que este hecho resulta “intrigante” y apoya lo descubierto por otros estudios prospectivos en relación a la supervivencia de la conciencia, a pesar de que resulte clínicamente indetectable. Este tipo de conciencia sería diferente de la que se conserva durante la anestesia, pues en esta puede detectarse una actividad bioeléctrica cerebral. En el caso de la parada cardíaca, el electroencefalograma es plano y no llega sangre suficiente al cerebro para mantener sus requerimientos metabólicos. Tampoco podría explicarse la continuación de la conciencia por algún tipo de actividad cerebral profunda, dado que se da una pérdida de actividad desde el tallo cerebral. Sin embargo, los pacientes relataron una experiencia real e intensa con las características que la ciencia solo atribuye a la corteza cerebral que, insistimos, deja de funcionar.

El Dr. Sam Parnia y sus colaboradores consideran que la existencia de “conciencia visual” y “percepción verídica” durante un tiempo significativo tras la parada cardíaca han quedado probadas con el mencionado caso, a pesar de que no puedan explicarse con los actuales conocimientos científicos. 

La experiencia extracorpórea bajo la lupa de la ciencia oficial


Uno de los objetivos primordiales del estudio AWARE era comprobar científicamente la validez de las EECs de las experiencias cercanas a la muerte aplicando para ello unos dispositivos consistentes en marcadores objetivos o blancos visibles (etiquetas ubicadas en estanterías en las unidades de cuidados intensivos y críticos y en los quirófanos), sólo perceptibles desde el techo. Desafortunadamente, este estudio no arrojó resultados alentadores o favorables. Es más, ninguno de los que experimentaron el elemento EEC visualizó las muestras de control (etiquetas) de la cual era objeto de estudio. Estos resultados negativos fueron ampliamente discutidos por la comunidad científica. Las razones por las cuales ningún paciente que sobrevivió a paro cardíaco visualizó las muestras de control para lo cual se intentaba otorgar validez científica a las experiencias extracorpóreas (EECs) fueron las siguientes:


1. No se esperaba una tasa muy elevada de pacientes que, tras el fallo cardíaco, acabarían falleciendo. De hecho, de la muestra tomada, de los 2060 pacientes con crisis cardíacas, más del 60 % de los sujetos acabaron falleciendo, sin poder pasar ninguna de las entrevistas.

2. De los que sobrevivieron, una tasa muy reducida (9%) experimentó una ECM compatible con la Escala Geyson.

3. Solo un 2 % de los que experimentaron ECM en base a la Escala Greyson

experimentaron una EEC.

4.. Hubo errores tácticos, metodológicos y protocolarios en el diseño del experimento. De hecho, las etiquetas fueron instaladas en zonas en donde hubo fuga de información, es decir, en zonas en donde no era viable que los sujetos que experimentaron la EEC pudieran visualizar las etiquetas, ya que estaban mal situadas.

Con todo esto, sería más que previsible que nadie de los que experimentaron una ECM con el componente EEC visualizara las muestras de control. Por lo tanto, no es que el fenómeno de la EEC no sea real o no tenga ninguna validez objetiva, que sí lo tiene realmente, como lo vengo explicando en este libro, sino que hubo fallos en el diseño del estudio, en la metodología aplicada y los protocolos científicos a la hora de validar objetiva, empírica y científicamente las EECs. No se realizó con garantías dicho estudio, sino que hubo errores de bulto que conspiraron o incidieron de forma decisiva para que el proyecto no diera resultados alentadores.

Comunicado oficial del IANDS en relación a los resultados del estudio AWARE

La Dra. Janice Holden se pronunció en boca del IANDS, el máximo organismo oficial a nivel internacional en el estudio de las experiencias cercanas a la muerte, para dar sus impresiones personales respecto a los resultados de AWARE. Hizo una serie de disertaciones en varias conferencias mundiales para aclarar las razones por las cuales este megaestudio no llegó a buen puerto. Esgrimió las siguientes razones, de las cuales esgrimiré por mi parte algunas más:

“El hecho de que nadie de los sujetos objeto de estudio fuese capaz de visualizar o identificar las etiquetas tras el fallo cardíaco puede deberse a una cuestión puramente deductiva o predecible: “Cuando un paciente abandona durante la muerte clínica su cuerpo se produce un fuerte estado shock que hace que toda la atención del paciente esté totalmente focalizada en las maniobras de resucitación cardiopulmonar realizadas por los médicos en su propio cuerpo físico inerte temporalmente, de modo que la percepción de otro tipo de hechos, eventos u objetos carecerían de total relevancia. Más bien sería una percepción anecdótica. En este sentido, es comprensible que nadie se fije en un objeto inanimado (un florero, un reloj de pared, una estantería en el quirófano, etc.) de modo que no pudieron visualizar e identificar las etiquetas, sino que más bien toda la atención estaría únicamente focalizada en las maniobras de RCP en donde la vida del sujeto pendía de un hilo. Además, según el Dr. Sam Parnia, durante un paro cardíaco los circuitos de memoria quedan totalmente bloqueados, por lo que se pierde el recuerdo de las ECMs por lesiones cerebrales originados por el fallo orgánico o por la suministración de sedantes muy utilizados durante la reanimación. Además, muy probablemente, los sujetos han desarrollado una especie de memoria selectiva de hechos realmente impactantes y verdaderamente importantes para el propio sujeto, como presenciar los intentos desesperados de los sanitarios de reanimar su cuerpo físico tendido en la camilla del quirófano. Además, en las ECMs no siempre se produce visión de 360 grados, sino 180 grados, por lo cual es razonable que ninguno de los sujetos estudiados que sufrieron fallo cardíaco pudo visualizar las muestras de control (etiquetas). Además, debemos tener en cuenta que hubo errores tácticos en el diseño del experimento, como la colocación de etiquetas en lugares en donde hubo fuga de información, es decir, en lugares totalmente equivocados de los hospitales en donde el potencial EEC no podría ser evocado. Si tenemos en cuenta todos estos factores, además de que solo el 2 % de la muestra original objeto de control (unos 2060 pacientes sometidos a estudio) experimentó el componente EEC, hace que los resultados negativos estén más que servidos. Por lo tanto, teniendo en cuenta todos eses factores, es perfectamente comprensible, si somos sensatamente razonables, que ninguno de los sujetos sometidos a este importante estudio lograra visualizar, describir o identificar las etiquetas para lo cual se intentaba dar validez científica, objetiva y empírica de las experiencias extracorpóreas relatadas en las ECMs.

Algunas consideraciones científicas y técnicas contextuales a tener en cuenta para la validación científica de las EECs.


Debido a que los resultados del proyecto AWARE para la validación de las EECs no fueron satisfactorios y favorables, creo pertinente la implementación de nuevas técnicas científicas y metodológicas para validar objetiva y empíricamente dicho fenómeno. Creo que es necesario la inversión de más recursos, capital, más logística, más hospitales, más medios técnicos y humanos, tecnología más avanzada y acorde, más inversión de tiempo, al igual que una muestra más grande de pacientes objeto de estudio. Todo ese trabajo tiene que ser totalmente coordinado para garantizar que el proyecto llegue a buen puerto. En mi modesta opinión, creo que se alcanzarán resultados satisfactorios, fiables e inmediatos si se parte de la aplicación de la siguiente tecnología del campo de la Inteligencia Artificial y de la Realidad Virtual puesta a punto en zonas estratégicas de los hospitales:

1. Instalación de unidades de videograbación en las unidades de urgencias, cuidados críticos y quirófanos de los hospitales (UCIs, UVIs, Quirófanos, Unidades de Urgencias, etc.)

2. Instalación de sonómetros

3. Instalación de proyectores de luz holográfica tridimensional animada (3-D Holographic Animated Display Systems)

4. Aplicación de sistemas de luz láser DMX proyectada en los quirófanos, UVIs o UCIs.


5. Instalación de cámaras Kirlian

6. Instalación de sistemas informáticos o tablets LCD que generen imágenes aleatorias 3-D al azar en los quirófanos.

7. Instalación de cámaras fotográficas con disparador remoto

8. Cámaras cuánticas de videograbación

9. Disparadores inalámbricos de flashes a través de radiofrecuencia por medio de cámaras digitales.


10. Fotodetectores cuánticos infrarrojos de imagen HD.

Conclusión


Creo que la aplicación de todas o algunas de estas infraestructuras o técnicas, repito, de la IA y de la Realidad Virtual, en mi opinión “infalibles”, en los hospitales sí que ofrecerían resultados satisfactorios a la hora de validar científica, objetiva y empíricamente la EEC, o lo que es lo mismo, la existencia del alma humana. Creo que esta tecnología sería acorde a la naturaleza de lo que se quiere probar e investigar. Sobre todo algo tan escurridizo como testear científicamente la existencia del alma, pero creo que con tiempo, infraestructuras, con apoyo gubernamental mediante inversión en I + D +i en este campo, con recursos, logística, medios humanos y tecnología punta apropiada se llegará en un futuro no muy lejano a buen puerto. Por otro lado, la implementación de parte o toda la tecnología citada arriba tiene ser los más discreta posible, es decir, estos aparatos no pueden para nada interferir o dificultar las maniobras de RCP de los pacientes que han sido víctimas de un paro cardíaco. Por encima de todo, debe prevalecer que los médicos puedan ejercer con total garantía, seguridad, diligencia y eficiencia su trabajo a la hora de reanimar a los pacientes que son objeto de estudio en este importante proyecto. De los contrario, la aplicación de este tipo de técnicas podrían suscitar una serie de dilemas bioéticos y morales en el sentido de usar a los pacientes como cobayas de un experimento de laboratorio. Repito, se debe dar prioridad absoluta a que los médicos puedan ejercer con todas las garantías, sin ningún tipo de obstáculo, las maniobras de RCP pertinentes para asegurar la supervivencia, si fuera técnica o humanamente posible, de los pacientes que fueron víctimas de infartos de miocardio. Esa es la cuestión de todo.

¡Muchas gracias!


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