TANATOLOGÍA

EL MISTERIO INSONDABLE DE LA MUERTE: DESVELANDO EL TABÚ

Desde la más remota prehistoria hasta llegar a nuestra era global digital postmodernista (homo digitalis), la gran cuestión de todas las cuestiones ha sido, es y será a todas luces: ¿Qué nos aguarda después de la muerte?. ¿Acaso no somos más que una mota de polvo cósmico destinada a la extinción total y final? .A lo largo de historia se ha intentado desde todos los ángulos (religioso, filosófico, metafísico, escatológico o teológico) dar una explicación que satisfaga le necesidad y anhelo del género humano de encontrar una respuesta genuina y auténtica sobre el misterio irresoluble que rodea a la muerte.  La historia del ser humano es la historia de un gran enigma. Todas las religiones que el hombre fue construyendo se han hecho con la necesidad de trascender. De encontrar una esperanza genuina que llene el enorme vacío existencial que nos produce la fragilidad y brevedad de la existencia física en la tierra. Existencia muy efímera y frágil.  A pesar de todo ello, nació un deseo y una creencia latente de persistir más allá de tumba. De hecho, las etnias más primitivas de nuestra especie hacían rituales y cultos a la muerte, y se les rendían tributo a los difuntos a la hora de enterrarlos. En este sentido cabe resaltar la figura del chamán o maestro de la muerte, que hacía de psicopompo para guiar a las almas de los moribundos en su peregrinaje hacia al más allá. Las tribus de todos los continentes tenían por costumbre realizar ritos de paso ingiriendo sustancias enteógenas o psicotrópicas con el fin de provocar un estado de expansión de la consciencia y trascender los límites de la materia y del tejido espaciotiempo. En esas experiencias místicas se lograba conectar con la divinidad o conectar con las espíritus de los ancestros que moraban en el vasto territorio ignoto del más allá. Accedían al mundus imaginalis, que no imaginario, de nuestro inconsciente. Ese mundus imaginales no era ni mucho menos algún tipo de alucinación o ensueño, sino un estado real de consciencia, al que accedían místicos, chamanes, visionarios, santos o sabios. 

Casi todas las religiones que existen están inspiradas en estos viajes iniciáticos al más allá por parte de estos místicos.Tienen un núcleo de certeza y verdad.

Prosiguiendo este articulo, es de mencionar que en todas las culturas religiosas que ha existido a lo largo de la historia (aborígenes africanos, esquimales americanos, la cultura egipcia, precolombina, greco-romana, celta, asirio-babilónica, medieval, musulmana, judeocristiana, oriental, etc.) llama poderosamente la atención la creencia natural en la existencia del alma, la parte trascendente del ser humano a la muerte. Hoy en día encontramos referencias bibliográficas sobre la muerte, el alma o el más allá en la Vedas hinduísta el Bhagavad-Gita, La Torá judío, El Corán musulmán, la Biblia cristiana, El libro egipcio de los muertos o en El libro tibetano de los muertos, entre otros.

El culto a la muerte y a los difuntos se prolongó durante toda la historia hasta llegar a nuestra Era Contemporánea. En la actualidad, existe una disparidad en el enfoque sobre la muerte que tiene Occidente respecto a las culturas orientales. En Oriente, la muerte no tiene la carga tétrica, luctuosa y dramática que en Occidente. Los moribundos mueren acompañados de sus familiares en sus hogares y lo hacen con reverencia, dignidad y solemnidad. Los orientales tienen una visión más amplia y profunda sobre la muerte, en donde es vista como una etapa más de la vida en el proceso evolutivo espiritual de los humanos. Están culturalmente influenciados por la visión que tienen las distintas religiones organizadas, tanto politeístas (hinduismo), como panteístas (taoísmo, budismo, jainismo, sufismo, etc.) En nuestra civilización occidental tecnócratica,  estamos influenciados por la visión de la ciencia materialista, positivista y mecanicista, en donde la muerte es vista como un absoluto, trágico e inevitable final, depurando todo sentido de trascendencia la existencia de la vida humana.

Los occidentales tenemos un enfoque más encorsetado sobre la muerte, en donde los moribundos mueren sólos en hospitales o se les prolonga artificialmente la vida con máquinas de soporte vital. Existe, por tanto, una deshumanización en el trato con los moribundos a la hora de emprender su último viaje. No existe en Occidente una cultura, pedagogía y ética sobre la muerte. No se habla en público con naturalidad. En los medios de comunicación no se debate sobre ello, a pesar del goteo incesante de noticias trágicas en los informativos que hacen referencia a asesinatos, homicidios y muertes por desastres naturales, accidentes de tráfico, de hambre, de enfermedades, etc. Se convive diariamente con la muerte, como lo demuestran la frías estadísticas de muertes al día por cualquier causa, pero, paradójicamente, no resulta pulcro hablar sobre ella. En todo caso, la muerte es apartada y desterrada de la vida, incluso se oculta, se maquilla, se frivoliza y se usa como medio lúdico y de entretenimiento, como pasa en la industria cinematográfica y en los videojuegos. Irónicamente, existe un día en el calendario dedicado a los difuntos, en donde la gente tiene por costumbre acudir a los cementerios para honrar a los seres queridos fallecidos. También se celebra en noviembre una fiesta comercial y pagana conocido como Halloween, importada culturalmente de EE.UU., en donde la gente se disfraza de fantasmas, vampiros, de esqueletos, zombis, hadas, demonios, monstruos, brujas y toda la demás parafernalia relacionada con la muerte y el más allá.

Vivimos en una sociedad en donde los medios de comunicación proyectan una serie de estereotipos basados en la riqueza, la fama, el poder, la belleza, la juventud, el éxito personal y profesional, etc. Se rechaza todo lo que tenga que ver con el lado oscuro de la condición humana, como son la enfermedad, la decrepitud y la muerte. Se intenta por todos los medios ganar la partida a la muerte confiando los avances de la Ciencia y Tecnología utilizando métodos poco ortodoxos y éticos, como son la criogenización e hibernación. El objetivo es lograr por todos medios pervivir físicamente después de la muerte, lo cual es taxativamente inviable. Incluso se habla de un futuro en donde la robótica convertirá a los humanos en seres híbridos. En este sentido véase el proyecto ruso inmortalidad que pretende con los avances de la ciencia en el campo de la robótica trasplantar cerebros humanos a robots. Incluso, en esta línea que suena a ciencia ficción, se habla de colonizar otros planetas de nuestro sistema solar en donde existan las condiciones físicas para la habitabilidad, como Marte, ante una hipotética devastación planetaria por la colisión de un gran meteorito a la Tierra. Por lo tanto, el panorama que nos espera es realmente esperpéntico y desolador.

Afortunadamente, nos queda halo de esperanza para pensar que este mundo no acabara en un avatar apocalíptico. La razón nos la da la revolución llevada cabo dentro del establishment científico en campos tan diversos, como la física cuántica, la biología, la neuroteología, la psicología transpersonal, la parapsicología y la tanatología. A este respecto, resalta las investigaciones llevadas en el campo de la tanatología en las últimas décadas del pasado siglo y del presente por un elenco de eminentes científicos y médicos de diferentes disciplinas. Los pioneros en sentar la bases de la tanatología fueron los doctores Raymond A. Moody y Elisabeth Kübler Ross, con sus respectivos libros convertidos en superventas “Vida después de la vida” (1975) y “La muerte: un amancer (1969) basados en la fenomenología de las experiencias cercanas a la muerte (ECMs). Desde entonces han sido numerosos los científicos del campo de la medicina que han tomado el relevo para estudiar las ECMs (Sam Parnia, Peter Fenwick,, Pim Van Lommel, José Miguel Gaona, Jeffrey Long, Penny Sartori, Michael Sabom, Kenneth Ring, Bruce Greyson, Nina Thornburg, Roberta M. Orne, Cherie Sutherland, Sandra Rozan Christian, Robert Sheeler, Melvin Morse, Susan Blackmore, Eben Alexander, etc.), y son muchos los libros, investigaciones y publicaciones científicas relacionadas con la cuestión de la inmortalidad. Hoy en día está en marcha un famoso estudio multidisciplinar llamado Proyecto Inmortalidad financiada por la archifamosa fundación estadounidense John Templeton. El Proyecto Inmortalidad esta marcando hito histórico en lo que es la historia de la ciencia al intentar a través de un enfoque teórico y práctico multidisciplinar estudiar la muerte y la cuestión de la inmortalidad. Las áreas de estudio del Proyecto Inmortalidad son las siguientes:

 – «La experiencia de la vida-Review (Regresión a vidas pasadas): perspectivas fenomenológicas, psicológicas y neurocientíficas» – Dr. Shahar Arzy de la

Universidad Hebrea de Hadassah, en Jerusalén, se examinará la experiencia de las regresiones a vidas pasadas reportadas en muchas experiencias cercanas a la muerte, incluyendo su prevalencia y su relación con acontecimientos de la vida.

– «Creencias Afterlife (del Más Allá) y sus mecanismos cognitivos entre los chinos: Pasado y Presente» – Melanie Nyhof, investigador postdoctoral en la Escuela de Estudios de Posgrado Fuller en Pasadena, y Kelly James Clark, investigador senior en el Instituto Kaufman interreligiosa en Grand Valley State University en Grand Rapids, Michigan, en colaboración con investigadores de China, se evaluará la influencia de la cultura en las creencias de la vida futura en la China continental y con los inmigrantes chinos en los Estados Unidos.

– «La inmortalidad de la moral» – Kurt Gray de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, y Scott Allison en la Universidad de Richmond, Virginia, se examinarán los factores psicológicos que disponen los seres humanos para percibir la inmortalidad, y las consecuencias en el mundo real del enlace entre la moralidad y la inmortalidad.

– «Dualismo mente-cuerpo como una intuición natural que apoya Creencias Afterlife (Del Más allá)» – Bruce Capilla de la Universidad de Bristol, Inglaterra; Nathalia Gjersoe en la Open University en el Reino Unido, y Paul Bloom de la Universidad de Yale examinará la creencia en la vida futura y la relación con dualismo mente-cuerpo en niños y adultos.

– «Identificación y caracterización de los genes de la Inmortalidad en Hydra» – Daniel Martínez de Pomona College, en Claremont, California, se determinará qué genes están implicados en la toma de la hidra de agua dulce efectivamente inmortal, investigación que tiene implicaciones para la medicina humana.

– «La muerte y el Ser» – Shaun Nichols, de la Universidad de Arizona, Tucson, y Jay Garfield de Smith College, Northampton, Massachusetts, explorarán si la creencia en la mutabilidad de ser humano reduce el miedo a la muerte y la creencia en una vida futura en culturas cristianas, hindúes y budistas.

– «Estudio Piloto Multi-Centro de la Mente, Cerebro, Consciencia y Experiencias Cercanas a la Muerte (ECMs) durante el paro cardiaco» (Proyecto AWARE de Naciones Unidas)”- Dr. Sam Parnia, director de ciencia de reanimación en el Centro Médico Brook Stony, NY, examinará la naturaleza de la conciencia humana y los procesos mentales o cognitivos durante el paro cardiaco y su relación con la reanimación cerebro.

– «Caminos religiosos y científicos a la Inmortalidad:? Un choque de culturas» – Tom Pyszczynski de la Universidad de Colorado en Colorado Springs y Jeff Greenberg de la Universidad de Arizona van examinar por qué algunas personas buscan perseguir una expansión de la vida útil indefinida, mientras que otras personas lo rechazan, y cómo la perspectiva de ser capaces de vivir eternamente cambia las actitudes de las personas en los aspectos de sus creencias religiosas y seculares.

– «Modelado de la Inmortalidad en la realidad virtual Inmersiva» – Mel Slater y María V. Sánchez-Vives de la Universidad de Barcelona (​​España) investigarán cómo la experiencia directa de la mortalidad, la posibilidad de que después de la muerte continúa la existencia de la persona, y la independencia entre el personalidad y el cuerpo físico podrían influir en las creencias, actitudes, carácter y comportamiento de las personas.

– «El papel de las Experiencias Cercanas a la Muerte en el surgimiento de un movimiento: Estudio de campo cuasi-experimental del IANDS (International Associaton for Near-Death Studies, Asociación Internacional para el Estudio de las Experiencias Cercanas a la Muerte)» – Ann Taves y Tamsin de la Universidad de California en Santa Barbara, examinarán las experiencias cercanas a la muerte relacionadas el significado y las experiencias vitales que juegan en la configuración y el refuerzo potencial en las creencias de la vida futura en durante dichas experiencias.

El PROYECTO AWARE DE NACIONES UNIDAS


El Proyecto Conciencia Humana, más conocido por megaestudio AWARE (por sus siglas en inglés, AWArness during REsuscitation), se inició en 2008 con el apoyo de un comité de expertos de Naciones Unidas con el fin de investigar la naturaleza del cerebro, las consciencia y la muerte. El proyecto fue promovido por la Universidad de Southampton (Reino Unido). La primera fase de estudio se prolongó durante 5 anos y participaron 15 hospitales de EE.UU., Reino Unido y Austria para estudiar una muestra de más 1.500 personas que sufrieron paros cardíacos, de los cuales se escogerían para su análisis aquellos que experimentaron una experiencia cercana a la muerte (ECM) en base a la escala Greyson. El objetivo era comprobar la autenticidad de las conocidas experiencias extracorpóreas de los pacientes en muerte clínica, utilizando para ello un método científico consistente en marcadores objetivos visibles desde el techo y ubicados en zonas estratégicas de los hospitales, como en los quirófanos y unidades de urgencia de dichos hospitales. Los resultados de este descomunal, importantísimo y decisivo proyecto fueron publicados en 2014 en la prestigiosa revista científica y académica Resuscitation. La revista la edita Elsevier y es la revista oficial del Consejo Europeo de Resucitación.

Del estudio publicado en Resuscitation se puede extraer varias cosas: se ha tomado una muestra de 2.060 pacientes que sobrevivieron a un paro cardíaco, de los cuales se ha entrevistado a 440 personas. De ellas, cerca del 40 % de los pacientes que sobrevivieron al fallo cardíaco afirmaron mantener algún tipo de consciencia durante el lapso que dura la muerte clínica y el reinicio de las funciones vitales (corazón, pulmones, actividad cerebral metabólica medible, etc.). Se hicieron dos tipos de entrevista: una primera a 140 pacientes que se encontraban en condiciones de responder y a 101 pacientes un exhaustivo cuestionario. El resultado fue que 46 pacientes recordaron algún tipo de consciencia; 22 relataron sentimientos de paz; 7 haber entrado e una realidad espiritual; 8 se encontraron con seres espirituales o presencias; y 3 se encontraron con personas que habían previamente fallecido. Lo más sorprendente fue que 2 pacientes reanimados por paro cardíaco disfrutaron de completa consciencia, pudiendo ver y oír lo que estaba sucediendo alrededor, lo cual es teóricamente inconcebible porque su cerebro no estaba funcionando. De esta dos, una de ellas, de 57 años, describió exactamente, con todo lujo de detalles, lo que sucedió mientras estaba siendo monitorizado, con el EEG y el ECG planos. Los apuntes médicos corroboraron sus descripciones, como el uso de un desfibrilador externo automático. Los investigadores de este estudio han podido comprobar que paciente pudo ver y oír durante tres minutos,  a pesar de que estaba en plena parada cardíaca, pulmonar y cerebral. La experiencia de este paciente fue cronometrada mientras estaba siendo monitorizada con los aparatos que miden la actividad vital. Los autores de este estudio afirman que este hecho resulta verdaderamente “intrigante” y apoya lo descubierto por otros estudios prospectivos sobre las experiencias cercanas a la muerte que sugieren la supervivencia del consciente más allá de la muerte clínica, incluso después de la muerte biológica. El director de este ambicioso estudio científico, el doctor en medicina, cardiología y biología celular Sam Parnia, y sus colaboradores consideran que la existencia de consciencia visual y percepción verídica durante un tiempo significativo tras la parada cardíaca han  quedado probadas con el mencionado caso, a pesar de que no pueden explicarse con los actuales conocimientos científicos.

El Proyecto AWARE ha demostrado, por tanto, que existe consciencia durante la muerte clínica, lo cual en los manuales de la neurociencia actual resulta imposible e inconcebible.

En resumidas cuentas. El Proyecto AWARE no tiene parangón en la historia de la ciencia al demostrar con un método científico la supervivencia de la consciencia después de la muerte física. Corresponde a la ciencia, revisar y sustituir forzosa y urgentemente su paradigma científico prevalente basado en el monismo materialista (la consciencia como epifenómeno de las funciones cerebrales), por un paradigma de corte dualista (el cerebro como receptor, no como creador, de la consciencia) que se ajuste más a los modelos actuales y que estén en sintonía con lo descubierto en otras áreas científicas, como la física cuántica, neuroteología y tanatología. 

Este estudio  goza toda credibilidad y garantía por las siguientes razones:

1- El proyecto fue promovido en 2008 por la Universidad de Southampton.

2- El estudio AWARE fue apoyado y auspiciado por un comité de expertos de Naciones Unidas.

3- En dicho estudio se implicaron un consorcio internacional de científicos y médicos ortodoxos de más de una decena de hospitales de EE.UU., Reino Unido y Austria.

4- Supuso la inversión de un importante capital, la movilización de medios humanos, técnicos y logística para llevar con garantías la consecución del proyecto.

5-La iniciativa del proyecto acaparó el interés de los más importantes medios de comunicación del mundo, sobre todo de la prensa angloparlante.

6- El estudio AWARE se convirtió en un hito histórico como la primera investigación a gran escala internacional sobre las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECMs).

7- Fue patrocinado por instituciones sin ánimo de lucro como Horizon Research Foundation, Nour Foundation, IANDS y John Templeton Foundation.

8- El proyecto se prolongo durante 5 largos años.

9- Fruto de los resultados de AWARE, el director del proyecto, Sam Parnia, publicó dos libros (Erasing Death y The Lazarus Effect), traducidos a varios idiomas y cuyo volumen de ventas a nivel mundial se estiman en millones de ejemplares vendidos.

10- El estudio ha cumplido los criterios del método científico de la ciencia oficial

11- Los resultados de AWARE fueron publicados en una de las revistas científicas de medicina más importantes y prestigiosas del mundo, Resuscitation, previamente de haber sometido dichos resultados a revisión por pare mediante un arbitraje científico.

El Proyecto AWARE es el ejemplo más visible que la cuestión de la muerte y la supervivencia es discutida actualmente en los ambientes científicos y académicos. De hecho, el tema de las experiencias cercanas a la muerte es de máxima actualidad. Ataño estaba relegado al mundo de lo paranormal, pero gracias a los avances médicos en la ciencia de la resucitación cardiopulmonar, las ECMs pasaron al terreno empirista de la ciencia. No sólo se debate, sino que se impulsan más estudios retrospectivos y prospectivos sobre las ECMs en muchos hospitales del mundo. Existen fundaciones y asociaciones sin ánimo de lucro, como la Fundación para la Investigación de la Experiencia Cercana a la Muerte o la Asociación Internacional para el Estudio de Muerte Cercana (IANDS). Esta última es la institución oficial que se encarga de investigar, debatir y divulgar a través de su web y en los diferentes simposios información relacionada con las ECMs. Existe una revista oficial sobre las ECM, como el Journal of Near-Death Studies, que edita información científica sobre esa temática. Paralelamente, existen muchas publicaciones en revistas científicas (The Lancet, Resuscitation, Science, Nature, Scientific American, New Scientist, Journal of Near-Death Studies, Journal of Death and Dying, Critical Care Medicine, PLOS, The American Journal of Diseases of Children, Journal of Palliative Medicine, Frontier Perspectives, Annals of Neurology, Journal of Consciousness Studies, Trends in Cognitive Sciences Journal, etc.) que han publicado estudios relacionados con las ECMs, muchos de ellos sometidos a revisión por pares. Existe una enorme bibliografía a nivel mundial que aborda las ECMs, no sólo de parte autoridades científicas y médicas que investigaron ese fenómeno, sino de parte de personas anónimas que experimentaron una ECM. Según una encuesta del Instituto Gallup, 40 millones de norteamericanos experimentaron una ECM. A nivel global se estiman en 300 millones de personas de cualquier condición social, edad, sexo, etnia, creencia, etc. en el mundo que han pasado por una experiencia similar. Ante el furor mediático y científico actual sobre el tema de las ECMs, la factoría Hollywood no se quedó indiferente y puso en marcha toda su “artillería” a través de la producción de películas que abordaron tal cuestión: Dragonfly, Línea Mortal, Mas allá de los sueños, White Noise -La luz-, Mas allá de la vida, El cielo es real, etc.

La revolución en el campo de la tanatología impulsó una nueva corriente en favor de la muerte digna de los moribundos. Para ello, se impulsaron en los hospitales las unidades de cuidados paliativos en el que trabajan personal formada en tanatología. Por tanto, estamos viendo como la muerte está dejando de ser un tabú, al igual que lo fue en su día la cuestión racial y sexual.

En definitiva, estamos asistiendo a nueva era global en donde existe una apertura científica hacia todo lo relacionado con la espiritualidad humana y donde el concepto largamente asumido por la ciencia tradicional sobre la muerte esta siendo revisado, concediendo cierta dignidad y sentido a la existencia humana de la que antaño se le había privado. Esto supone sin ningún género de dudas un enorme progreso científico y un gran salto para toda la humanidad.

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