NEUROPSICOLOGÍA

LOS TIPOS DE INTELIGENCIA HUMANA



Quisiera comenzar a redactar este artículo haciendo un repaso general a los tipos de inteligencia de los que está dotado el ser humano. Pero antes quisiera decir que muchos científicos están investigando en qué momento de la escala evolutiva del hombre primigenio floreció sus primeros signos de inteligencia. Esto hecho es muy importante, ya que permite conocer más en profundidad cuál es el origen del hombre y resolver el eterno dilema de si el hombre procede del mono, o si, por el contrario, el hombre procede de Dios, quien le dotaría de inteligencia. Para muchos pensadores el mero hecho de que el hombre tenga un nivel de inteligencia mucho más desarrollada y evolucionada que los demás seres vivos es motivo para sostener la creencia de que tuvo haber una intervención divina en el origen del hombre. No sólo eso, la capacidad de raciocinio, de autocrítica, el sentido de la ética y la moralidad, las facultades PSI desarrolladas por ciertas personas, por no hablar del alma humana, hacen descartar para muchos intelectuales y académicos la posibilidad de que el origen del hombre fuera fruto de un proceso evolutivo debido al azar. Aunque genéticamente somos un genéticamente en un 98 % idénticos a los simios, existe un 2 % llamado por los científicos “ADN basura”, que, al parecer,  ha producido una condiciones cualitativas (lenguaje verbal de los seres humanos, plasticidad del cerebro humano, creatividad, intelecto, raciocinio, etc.) que nos diferencia abismalmente de los animales. En ese 2 % de ADN “basura” podría estar la clave sobre el origen y significado de la vida humana, de cual es foco de debate científico, filosófico y teológico. El mayor ejemplo en ese salto intelectual abismal entre el mono y el hombre es el mero hecho de que el hombre, desde que hizo uso de su inteligencia y sus facultades cognitivas, empezó a tomar conciencia de su ser, planteándose todo tipo de cuestiones metafísicas, entre ellas la creencia en la existencia de vida después de la muerte. Muchos científicos creyentes han presentado como aval en favor de la existencia de Dios las cualidades superiores (inteligencia, moralidad, ética, raciocinio…) que poseen los humanos y que no poseen los demás especímenes. Se han hecho actualmente muchos estudios para averiguar el grado de evolución y desarrollo intelectual, la cual está estimada hoy en día en un 15 %. Eso querría decir que quedaría inutilizado el 85 % restante de nuestro intelecto (para que os hagáis una idea, el número estimado de neuronas que hay en nuestro cerebro es de 100.000 millones aproximadamente, conectadas sinápticamente de billones de manera). Sólo personas prodigiosas dotadas de una inteligencia brillante y pasmosa han conseguido igualar ese nivel de evolución, como Albert Einstein, Isaac Newton, Galileo Galilei, Copérnico, Platón, Aristóteles, Johannes Kepler, Charles Darwin, etc. La inteligencia humana es uno de los principales campos en los que se centra la ciencia, como la neurociencia cognitiva humana. Por eso la ciencia ha definido tres tipos de inteligencia que poseen los humanos:


 1º Inteligencia Mental o Intelectual (Coeficiente Intelectual): Este tipo de inteligencia (CI) ha ostentado de gran importancia y fama durante todo el siglo XX. Es la inteligencia analítica y racional, por la cual creamos conceptos, procesamos la realidad y hacemos ciencia. Es aquella inteligencia por la cual estructuramos y organizamos el mundo y solucionamos problemas objetivos. Este tipo de inteligencia es propia del hemisferio izquierdo y se caracteriza por:

-Ser más sistemática

-Más lógica, racional y analítica

-Se fija en la diferencias

-Es más estructurada

-Prefiere la certeza

-Depende del lenguaje

-Prefiere hablar y escribir

-Controla las emociones


 2º Inteligencia Emocional (Coeficiente Emocional): Muchos psicólogos y neurocientíficos han popularizado este tipo de inteligencia, entre ellos el psicólogo estadounidense Daniel Goleman con su famosa obra “La Inteligencia Emocional”, la cual se convertiría en un verdadero éxito editorial de ventas sin precedentes hasta ese momento. Se basa:

-En actuar al azar

-Es más intuitiva

-Es bastante subjetiva

-Es una inteligencia más espontánea

-Prefiere la flexibilidad

-Es más sintética

-Prefiere las imágenes

-Prefiere palpar, dibujar, pintar

-Expresa libremente sus emociones (empatía, solidaridad, bondad, lealtad, honor, amor, tristeza, alegría, etc.)


La base de la inteligencia emocional, que fue defendida por diferentes pensadores, desde Platón a Freud, se apoya en la idea de que la estructura de base del ser humano no es la razón (logos), como muchos nos quieren erróneamente hacer creer, sino en la emoción (pathos). Esto significa que somos intrínsecamente seres que sentimos y trasmitimos sentimientos, como la pasión, la empatía, la compasión, la esperanza, la fe, el odio, el rencor, la bondad… Sólo después somos seres de razón. El propio Goleman postulaba que el destino del hombre no está predeterminado por su coeficiente intelectual que heredemos de nuestros genes o que podamos potencialmente desarrollar durante nuestra vida, sino que estará determinado por nuestra inteligencia emocional. Sin embargo, una combinación equilibrada entre el CI y el CE puede ser muy determinante para lograr el éxito en cualquier faceta de la vida humana.


3º La inteligencia Social

En la Inteligencia Social (Coeficiente Social), Daniel Goleman, y muchos otros neurocientíficos y psicólogos, hacen hincapié en que todos estamos programados para conectar con el prójimo.La neurociencia ha descubierto que nuestro cerebro está diseñado para que seamos sociables (homo socialis). Esta es la razón por la que siempre influimos en la mente (y en el cuerpo) de los demás, al igual que los demás influyen en nosotros. Es el propio diseño de nuestro cerebro es el que nos hace profundamente sociales. Y, por tanto, una persona completa es aquella que no desatiende esta importante faceta: su interacción con los demás. La soledad es la muerte.


En el fondo, somos más la gente que hemos conocido y cómo dejamos que ésta nos influya que nosotros mismos. Incluso una relación conflictiva con otra persona puede llegar a debilitar nuestro sistema inmunológico. Pues ningún hombre es una isla, somos animales sociales, aunque en el horizonte se vislumbre elhobbesiano,el hombre es un lobo para el hombre.


Goleman explica lo que son lasneuronas espejo, que promueven la empatía, o lascélulas piramidales, ricas en serotonina, dopamina y otros neurotransmisores que son la vaselina del apego, el amor y el placer. Y a medida que explica de manera sencilla y accesible todos estos abstrusos términos, los hilvana con maestría con sus incipientes descubrimientos acerca del mundo de las relaciones interpersonales. Unos descubrimientos que Goleman no duda, es que acabarán reconfigurando el campo de la educación, el trabajo, los conflictos sociales o las relaciones de pareja.


Goleman también explica cómo la forma en la que hemos sido tratados en nuestros primeros meses de vida (la frecuencia en la que nuestros padres nos acariciaban, etc.) determina en un importante grado cómo nos desenvolveremos posteriormente en nuestras relaciones sociales. O dicho de otro modo,nuestra inteligencia social no viene sólo de serie, también se modifica en los primeros años de vida y se puede llegar a cultivar y fortalecer de adulto con las herramientas adecuadas.


En definitiva, la Inteligencia Social, así como la Inteligencia Emocional,bucean en nuevas teorías acerca de cómo somos y por qué somos como somos usando como base los últimos descubrimientos en el campo de la neurociencia. O dicho de otro modo: Inteligencia Social podría ser la versión seria y documentada de un libro de autoayuda: su fin no es la autoayuda sino el conocimiento de nuestra mente y de la mente de los demás, pero el mero hecho de profundizar en este conocimiento sin duda aumentará considerablemente nuestra inteligencia y, con ello, mejorará la gestión de nuestra vida. Sobre todo de nuestra vida con los demás.


4º La Inteligencia Espiritual (Coeficiente Espiritual):

La base de este nuevo tipo de inteligencia se apoya en los estudios científicos desde hace varias décadas en el cerebro humano, sobre todo sobre la Conciencia, y que fue respaldada por destacados psicólogos, psiquiatras, neurocientíficos, neurolingüístas y técnicos en magnotoencefalografía (es un aparato que mide los campos magnéticos y eléctricos del cerebro). En base esos estudios científicos sobre la Consciencia Humana, hay en los seres humanos otro tipo de inteligencia desconocida por nuestra sociedad actual, que es científicamente verificable, por medio de la cual no captamos masas de información, de datos, ideas o emociones, sino que percibimos contextos mayores y más amplios sobre nuestra existencia, totalidades significativas, verdades trascendentales y que nos hacen sentir nuestra vinculación intrínseca al Todo. Es tipo de inteligencia, de conocimiento, se deriva básicamente a raíz de una experiencia personal de carácter místico (trascendencia de las barreras espacio-temporales, visión de otras realidades y dimensiones suprafísicas, interacción con la Divinidad o con la Luz, conocimiento de la verdadera naturaleza de las cosas, comunión mística y fusión con la integridad del Cosmos, con el Vacío o la Nada Supracósmica o Metacósmica (vacuidad), sentimiento de unicidad y conexión con todas las cosas, sentimiento de inmortalidad y eternidad, sentimiento de que todas las almas están interrelacionadas y entrelazadas entre sí, etc.). La base empírica y objetiva de este tipo de inteligencia reside en la biología de las neuronas. Se ha demostrado de manera científica que la experiencia mística unificadora se origina en oscilaciones neuronales a 40 hercios, muy especialmente localizadas en el lóbulo temporal derecho (fisura de Sylvian). A esa zona del cerebro, lóbulo temporal derecho, se le catalogó por muchos neurobiólogos como el “módulo de Dios”, “punto divino” o “antena de Dios”. El estudio de esa área del cerebro, del lóbulo temporal derecho, y su probable relación con las experiencias místicas dio pie a la implantación por la comunidad científica y médica de una nueva disciplina denominada neuroteología o neurobiología de la fe.

El archifamoso y eminente psicólogo americano Abraham Maslow, que postulo la “Jerarquía de Necesidades Humanas” (Pirámide de Maslow), puso en la cúspide de su pirámide las llamadas metanecesidades. Abraham Maslow, uno de los máximos representantes y exponentes de la Psicología Transpersonal, junto con Daniel Goleman, Stanislav Grof o Ken Wilber, entre otros, definió esta disciplina como “aquella psicología que apunta a la expansión del campo de la investigación psicológica para incluir dimensiones de la experiencia y del comportamiento humanos que se asocian con la salud y el bienestar llevados al extremo”. Maslow estaba profundamente interesado en el crecimiento personal y en la autorrealización. Para ello emprendió un laborioso estudio con personas sanas, analizando los aspectos positivos del comportamiento humano. Posteriormente emprendería un extenso estudio sobre personas que habían tenido una “experiencia cumbre” o trascendental (muy especialmente experiencias místicas de unión con el todo), que él consideraba importantes para la autorrealización. Según este prestigioso científico, el ser humano enfermaba no sólo si sus necesidades básicas no estaban satisfechas, sino también faltaban ser cubiertas lo que él denominó como “metanecesidades”, incluyendo en éstas últimas, la vida valorativa, es decir, los aspectos espirituales, religiosos, filosóficos, axiológicos de la vida humana.


No omitiré un dato importante anunciado anteriormente. Maslow es un personaje célebre mundialmente por la mencionada teoría psicológica recogida en su famosa Pirámide o Jerarquía de las Necesidades Humanas. Son las siguientes: fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y de autorrealización.


Viene a colación comentar que actualmente la psicología transpersonal se está centrando no sólo en el estudio de los estados de expansión de la consciencia, de las metanecesidades, de las experiencias cumbre, de las experiencias místicas, en las teorías y prácticas de la meditación y en los caminos espirituales, sino que también abarca otros campos, como las técnicas de autocuración, la visualización, el chamanismo, los estudios de regresión hipnótica a etapas perinatales o incluso a posibles vidas anteriores, en el estudio de la tanatología, etc.


En definitiva, mundialmente se conocen tres tipos de inteligencia (intelectual, emocional y social). No obstante, los nuevos paradigmas en los dominios de la neurociencia, psicología, la neuroteología, la tanatología y la psicología transpersonal ha revelado la existencia de un tipo de inteligencia (Inteligencia Espiritual) que abarca aspectos metafísicos y trascendentes sobre la existencia humana. La Inteligencia Espiritual es, quizá, la más importante de todos ellas porque los estudios sobre este tipo de inteligencia indican que se producen cambios positivos realmente significativos en la personalidad del sujeto, sobre todo nivel intelectual, psicológico, emocional, moral y social.


FUENTE CONSULTADA

La inteligencia social (Informacion puntual)

Post.:http://www.papelenblanco.com/divulgacion/inteligencia-social-de-daniel-goleman

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